El Árbol de Ahorcado
de la Casa de Campo es un fresno (fraxinus
angustifolia) situado junto al arroyo Meaques en la fresneda del Zarzón.
Esta fresneda se encuentra en la zona suroeste de la Casa de Campo, próxima a
la puerta del Zarzón, por donde el arroyo Meaques entra en la finca. La
fresneda del Zarzón y la cercana del Batán, forman sendos bosquetes adehesados
por la presión humana y en ellos pueden encontrarse importantes ejemplares aislados como el que
nos ocupa, acompañados de otra
vegetación como majuelos, zarzas y rosales silvestres.
Árbol del Ahorcado |
Así, en 1556, año de la instalación de
la corte en Madrid, ya mandó el rey formar un bosque junto a la villa y en la
zona más próxima al Alcázar. Unos años después, en 1559 ordenó desde Bruselas a
su secretario Juan Vázquez que se pusiera de acuerdo con Gaspar Vega para compar
la Casa de Campo de los Vargas, situada en la otra parte del Manzanares, en el lugar que el rey había
elegido para formar el Real Bosque. Desde ese año y hasta el de 1582 se
hicieron por orden del rey diversas compras de tierra y fincas próximas a la
citada casa de los Vargas con lo que se aumentó considerablemente dicha
posesión.
Posteriormente, Fernando VI y Carlos III añadieron diversas posesiones, siendo
este último el que hizo construir la tapia que cerraba la finca, de fábrica de
ladrillo y mampostería. También por orden suya se realizaron otras mejoras como
la construcción de diversos puentes, uno de los cuales, el de la Culebra se
encuentra muy cerca de nuestro árbol.
La Casa de Vargas en la actualidad |
Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico
Estadístico Histórico de 1848 nos cuenta que inicialmente la posesión estaba dividida
en cuarteles: de las Torrecillas, de Cobatillas, del Portillo, de los Pinos y
de Rodajos, y tenía una extensión de 4.097 fanegas repartidas en tierra de labranza (480), caminos, arroyos y
veredas (520), tres lagos (34), tierra de regadío (450), plantel y jardín (44),
huerta (8 y 6 celemines), chaparrales
y jarales (242 fanegas), edificios, corrales y patios (6), y terreno de tercera
clase, sumamente arenoso y dedicado a la caza (2433), lo que da una idea de los
usos a los que estaba destinada la propiedad. En la actualidad su extensión es de
1722,6 hectáreas incluyendo los terrenos del Club de Campo.
La Casa de Campo fue una posesión para
uso privado de la Casa Real hasta la instauración de la Segunda República, que
proclamó, en un decreto del 20 de abril de 1931, la cesión de los terrenos al
Ayuntamiento de Madrid. Resulta interesante conocer detalladamente el texto del
decreto en el que se proclamaba la cesión y especialmente el artículo primero,
donde queda claramente esclarecido a qué debería dedicarse el recinto:
Entrada del arroyo Meaques en la Casa de Campo |
“Artículo
primero. Se ceden al Ayuntamiento de Madrid, para que sean destinados a parques
de recreo e instrucción, los terrenos de la Casa de Campo, y del Campo del Moro
sitos en esta capital. El Ayuntamiento no podrá dedicarlos a uso distinto de
los ya expresados, quedando facultado para construir las edificaciones y
realizar las transformaciones y mejoras que exija el cumplimiento de la
finalidad con la cual se hace la cesión. Acerca de los proyectos de
construcciones, transformaciones o mejoras a que se refiere el párrafo anterior
deberá el Ayuntamiento ponerse de acuerdo con el Ministerio de Hacienda. La
cesión se entenderá de modo que, siendo del Ayuntamiento el dominio de los terrenos
de que se trata queda tal dominio condicionado y limitado por la absoluta
prohibición de cercenar las áreas actuales de aquellos inmuebles.”
La apertura de la Casa de Campo fue
recibida con regocijo por los madrileños que, convertidos en auténtica riada humana,
bajaban desde la ciudad a disfrutar de la finca. El ayuntamiento instaló más de veinte fuentes, trescientos bancos y
se construyeron refugios para tormentas. Se plantaron nuevos árboles se saneó y
amplio el estanque y se realizaron otras obras para hacer más cómoda la
estancia de los nuevos visitantes.
Sin embargo, unos pocos años después, la
Casa de Campo se convertiría en el escenario
principal de la conocida como “batalla de Madrid” y quedó prácticamente
arrasada y al finalizar la guerra tuvo que ser cerrada ya que sus terrenos
estaban llenos de restos de material bélico y hubo que someterla a una intensa
limpieza. Tras la contienda su titularidad pasaría al Patrimonio Nacional,
organismo encargado de administrar y conservar las posesiones de la Corona y en
1948 coincidiendo con su reapertura al público, cambió nuevamente la
titularidad legal, al pasar los terrenos a propiedad del Estado, aunque
transferidos en usufructo al Ayuntamiento de Madrid.
Fuente del pajarito |
Actualmente ocupan sus terrenos
diferentes entidades que, en principio, deben cumplir con el fin que se
estableció cuando paso a propiedad pública y que se confirmó en 1948: “Se cede en pleno dominio al Ayuntamiento
de Madrid la llamada Casa de Campo, con la obligación por parte de la
Corporación de conservarla para solaz y esparcimiento del vecindario, sin que
pueda enajenarla, grabarla o destinarla a otros usos de los indicados” (Ley
Especial de Madrid de 11 de junio de 1963, disposición transitoria tercera).
Teleférico de Rosales |
Parque de atracciones. Al fondo barrio de Campaamento |
Decíamos antes,
que en la zona del Zarzón y muy cerca del puente de la Culebra, obra del genial
Sabatini y de la entrada del Meaques en la finca, se encuentra el Árbol del
Ahorcado, bautizado de esa manera por los vecinos de la cercana barriada de
Campamento, principales usuarios, por su proximidad, de esta parte de la zona
verde. Se trata de un árbol que tenía unos 5 metros de perímetro con cinco
enormes ramas, de las que se han perdido dos, y con una de ellas con una forma
propicia para recibir tal denominación. Esta posición de las ramas,
prácticamente horizontal al suelo, es típica de este árbol, como podemos
comprobar unos metros más allá en otro ejemplar más joven y mejor conservado.
Todos los niños
de los alrededores han utilizado el árbol como punto de encuentro donde iniciar
sus imaginarias aventuras en las tardes de los fines de semana, cuando el juego
al aire libre y en compañía de los amigos era la manera habitual de ocupar el
tiempo libre.
Pese a su
delicado estado actual, nos podemos hacer una idea de su tamaño y porte, que
podemos confirmar con otro fresno que le acompaña con mejor fortuna. El Árbol
del Ahorcado es un ejemplar incluido en el catálogo de árboles singulares de de
la Comunidad de Madrid. En la casa de Campo existen otros árboles singulares
que, en número de dieciséis, convierten el recinto en uno de los que más
ejemplares puede mostrar.
El fresno es un
árbol que puede llegar a los 20 metros de altura, aunque el aprovechamiento de
sus hojas como alimento para el ganado y de sus ramas para cestería, ha hecho
que haya sido sometido a podas habituales, conocidas como desmoches, alcanzando
menos altura y ensanchándose más. Crece rápidamente y, por tanto, no es
demasiado longevo. No es corriente encontrar árboles de más de 150 años y casi
siempre con los troncos agrietados, ahuecados o semiderruidos.
Árbol del Ahorcado visto desde el este. |
Árbol del Ahorcado visto desde el oeste. |
La corteza del tronco
es de color grisáceo y muy rugosa, aunque en su juventud tiene una apariencia más
lisa. Su madera, blanca, resistente y elástica era muy utilizada para la
construcción de carros y mangos de herramientas. También es muy apreciada en
ebanistería por su bonito veteado y suavidad al tacto. La leña y el carbón han
sido combustibles muy apreciados y utilizados por los vecinos. Pero, sin duda,
su utilidad mayor para las personas que buscaban su compañía, ha sido su utilización
como alimento para los animales. Cada un cierto número de años eran podados para
aprovechar sus ramas, su leña y sus hojas. Esta actividad humana ha configurado
de tal modo la existencia de estos árboles, que les ha proporcionado su
inconfundible apariencia: un grueso tronco a partir del que brotaban algunas
gruesas ramas (en el del Ahorcado eran cinco), y de éstas, otras mucho más
finas que eran las que sufrían la poda. Cuando es abandonado el desmoche, estas
ramillas se han hecho más gruesas y resistentes y el árbol ha aumentado en
altura. Pero si nos fijamos un poco, podemos distinguir claramente el límite
entre las ramas originales y las que son el resultado del crecimiento tras el
abandono del desmoche.
En definitiva,
se trata de un árbol muy cercano al ser humano (con el que comparte la
necesidad de agua abundante) y del que se aprovecha todo. Vivir cerca de un
fresno, era sinónimo de lo que hoy en día denominamos calidad de vida. Podemos ver, a modo de ejemplo, la poesía de José
María Gabriel y Galán, “Sibarita”,
escrita en un dialecto extremeño:
Fresno de la zona del Batán |
Fresnos de la zona del Batán |
¡A mí n'ámas me gusta
que dali gustu al cuerpo!
que dali gustu al cuerpo!
Si yo fuera bien rico,
jacía n'ámas eso:
jechalmi güenas siestas
embajo de los fresnos,
jartalmi de gaspachos
con güevos y poleos,
cascalmi güenos fritis
con bolas y pimientos,
mercal un güen caballo,
tenel un jornalero
que to me lo jiciera
pa estalmi yo bien quieto,
andal bien jateao,
jechal cá instanti medio,
fumal de nuevi perras
y andalmi de paseo
lo mesmo que los curas,
lo mesmo que los médicos...
jacía n'ámas eso:
jechalmi güenas siestas
embajo de los fresnos,
jartalmi de gaspachos
con güevos y poleos,
cascalmi güenos fritis
con bolas y pimientos,
mercal un güen caballo,
tenel un jornalero
que to me lo jiciera
pa estalmi yo bien quieto,
andal bien jateao,
jechal cá instanti medio,
fumal de nuevi perras
y andalmi de paseo
lo mesmo que los curas,
lo mesmo que los médicos...
Si yo fuera bien rico,
jacía n'ámas eso,
¡que a mí n'ámas me gusta
que dali gustu al cuerpo!
jacía n'ámas eso,
¡que a mí n'ámas me gusta
que dali gustu al cuerpo!
Las hojas del fresno son compuestas,
formadas por pares de foliolos (5, 7 y hasta 9 foliolos) con uno de ellos al
final y colocadas en la rama una frente a otra. Abandonan el árbol al inicio
del invierno y vuelven a brotar al principio de la primavera, algo después de
producirse la floración. Las flores pueden ser de un solo sexo o hermafroditas
y producen un fruto en forma de sámara (bolita aplanada que se prolonga por un
lado con una especie de ala para favorecer la dispersión de la semilla) que
madurará a finales del verano o principio del otoño.
Este fresno, conocido también como
fresno de hoja estrecha o fresno del sur, es un árbol que necesita mucha
humedad, por lo que es habitual en las márgenes de corrientes de agua. En la
casa de Campo, las riberas del arroyo Meaques y del Antequina son sus
emplazamientos favoritos. También le gustan las altitudes medias, encontrándose
con facilidad entre los 600 y los 1200
metros. Es un árbol bastante común en la Comunidad de Madrid y no es extraño
encontrar nombres de pueblos que hacen alusión al mismo: Aldea del Fresno,
Fresnedillas de la Oliva o Fresno de Torote son muestra de ello. En el resto de
la Península Ibérica, aunque podemos encontrarle en casi todas la provincias,
es más habitual de la mitad meridional. Más al norte se encuentra
preferentemente su primo, el Fraxunus
excelsior, fresno común. También podemos verlo con relativa facilidad en el
en el sur de Europa, suroeste de Asia y noroeste de África.
Fresneda del Batán |
Como todos los árboles, el fresno
también ha dado lugar a numerosas leyendas y creencias populares. En muchos lugares,
las hojas del fresno eran tenidas por excelente antídoto ante la mordedura de
las serpientes, por lo que no sólo se utilizaban sus hojas machadas como pretendido
antídoto sino que también se alababa su sombra como espacio seguro ante el
ataque de estos reptiles.
Los druidas celtas invocaban al fresno
para pedir una lluvia mansa que fertilizase los campos. Algo más cerca, en
algunos lugares del norte de España y especialmente Euskadi o Navarra, la
creencia de que espantaba al rayo, unido a su proximidad a cauces fluviales, hizo
que se construyeran cerca de ellos primero casas y luego poblados enteros, como
parecen demostrar ciertos topónimos: Lizarra (tierra de fresnos), Lizárraga o
Lizartza que derivan de la palabra vasca lizarr, que significa fresno.
Fresnos del Zarzón |
También la mitología griega incluye el
fresno en uno de los relatos más trascendentes de su enorme colección de mitos.
Nos refiere como el padre de Aquiles, Peleo, recibió como regalo de boda de la
diosa Tetis una lanza de madera de fresno, pulida por Atenea, de un árbol de la
cima del monte Pelión. Peleo se enamoró de la nereida Tetis y pide ayuda al
centauro Quirón para enamorarla (artimañas habituales en la mitología griega
que suelen tener trágicas consecuencias). Quirón aconsejó a Peleo que buscase a la ninfa del mar cuando
estuviera dormida en la cueva a la que solía ir, y la sujetase fuertemente para
evitar que escapase cambiando de forma. Efectivamente, Tetis para escapar de su
pretendiente se transformará primero en llama y luego
en león, pero Peleo se mantuvo firme y Tetis consintió en casarse con él.
Peleo y Tetis se casaron en la cueva de
Quirón en presencia de toda la nobleza griega e incluso de los propios dioses
del Olimpo. Durante la ceremonia Peleo recibió del centauro, una lanza de
fresno y otros regalos de los asistentes, pero Iris, la diosa de la discordia,
que no había sido invitada a la ceremonia, urdió un plan para vengarse: buscó
una manzana de oro, grabó en ella el mensaje “para la más hermosa” y la arrojó entre Hera, Atenea y Afrodita
(¡vaya trío!). Dado que cada una de ella
creía merecer dicha ofrenda, acudieron a un juez aparentemente neutral, el
mortal Paris, para que decidiera quien era la destinataria de la manzana de la
discordia. La decisión de Paris desataría numerosos conflictos posteriores y,
finalmente, la Guerra de Troya.
Pero es la mitología escandinava la que posee un conjunto mitológico más complejo en torno a este árbol. El fresno es el Árbol del Mundo, un gigantesco árbol llamado Yggdrasil, cuyas raíces se hunden en el mundo subterráneo y cuyas ramas ascienden al cielo de Asgard. Se trata del árbol de la vida, donde se albergan los nueve mundos y de cuya corteza nació Ask, el primer hombre, creado por Odín, el dios de la guerra y sus hermanos Hoener y Loeder. El dios del trueno, Thor estaba simbolizado por su enorme martillo mágico y por una lanza de fresno. Debido a su confianza en el fresno los vikingos se ganaron el nombre de “hombres del fresno”
Fresno con rama horizontal |
Pero es la mitología escandinava la que posee un conjunto mitológico más complejo en torno a este árbol. El fresno es el Árbol del Mundo, un gigantesco árbol llamado Yggdrasil, cuyas raíces se hunden en el mundo subterráneo y cuyas ramas ascienden al cielo de Asgard. Se trata del árbol de la vida, donde se albergan los nueve mundos y de cuya corteza nació Ask, el primer hombre, creado por Odín, el dios de la guerra y sus hermanos Hoener y Loeder. El dios del trueno, Thor estaba simbolizado por su enorme martillo mágico y por una lanza de fresno. Debido a su confianza en el fresno los vikingos se ganaron el nombre de “hombres del fresno”
PARA
SABER MÁS
·
La
Casa de Campo. Más de un millón de años de historia. José Luis Fernández y
otros. Ayuntamiento de Madrid 2003