Laurel de la Plaza de Cibeles
El laurel de la plaza
de Cibeles es un árbol o arbusto perenne, que se encuentra situado en el paseo
central del Paseo del Prado, muy cerca de la fuente que da nombre a dicha
plaza. La plaza de Cibeles empezó denominándose Plaza de Madrid hasta que en 1900
el ayuntamiento cambió su nombre por el de Plaza de Castelar. Posteriormente,
tras la Guerra Civil, cambió nuevamente pasando a denominarse como en la
actualidad.
Laurel de Cibeles. Al fondo el Palacio de Linares |
Como consecuencia de
la transformación urbanística que en tiempos de Carlos III tuvo lugar en la
zona, conocida entonces como Salón del Prado, en el paseo de Recoletos, junto
al palacio de Buenavista se instaló la fuente
de la diosa Cibeles, en 1782, mirando hacia su vecina de Neptuno, por cierto, también rodeada
de laureles, y en 1895 se trasladó al centro del cruce de las calles Alcalá y
Recoletos, en su ubicación actual.
Esta fuente, la
popular Cibeles, es uno de los símbolos más reconocidos de nuestra ciudad, en
rivalidad con la cercana puerta de Alcalá y la también cercana aunque no tanto
Puerta del Sol.
Fuente de Cibeles. Por encima de la arboleda asoma el Palacio de Buenavista |
La fuente fue diseñada
por Ventura Rodríguez con el doble objetivo ornamental y funcional. Así,
durante mucho tiempo, el agua de la fuente proveía a los madrileños del
imprescindible líquido y de ella se surtían aguadores profesionales y vecinos. La
ejecución fue de los escultores Francisco Gutiérrez Arribas (la diosa y el
carro) y Roberto de Michel (los leones), que contaron con la colaboración de
Miguel Ximénez (cenefas decorativas del carro).
La diosa Cibeles,
símbolo de la Tierra, la agricultura y la fecundidad, con un cetro en su mano
derecha y una llave en la otra, está montada en un carro tirado por dos leones.
Estos leones representan a Hipómenes y Atalanta convertidos por Zeus en animales
y obligados a tirar del carro de Cibeles. Atalanta, joven cazadora del grupo de
Diana, retaba a sus pretendientes a una carrera en la que debían vencerla para
conseguir su mano. Hipómenes, enamorado de la joven consigue vencerla gracias a
la ayuda de Afrodita, que le entrega unas manzanas que va tirando durante la
carrera y consigue así que Atlanta se entretenga recogiéndolas. Pero, como la
felicitad en los mitos de la antigüedad suele tener un coste, los jóvenes
consuman su amor en el templo de Cibeles quien, enfurecida por el sacrilegio,
informa a Zeus y éste les convierte en leones.
Fuente de Cibeles |
De todos es conocido
el vínculo existente entre la fuente y su vecina de Neptuno y determinadas
celebraciones deportivas, que en alguna ocasión ha tenido graves consecuencias
para la escultura. Lo que ya no sabe todo el mundo es que existen dos réplicas
exactas en dos lejanos lugares: en el cruce de las calles Oaxaca, Medellín y el
Oro, en la ciudad de México, inaugurada en 1980 como símbolo de hermandad entre la comunidad
española y la mexicana; y en la Plaza Presidencial de una zona residencial de
Pekín
En la plaza de la Cibeles
también es necesario hacer referencia a los edificios que ocupan sus cuatro
esquinas, ya que se trata de cuatro construcciones con una importante historia
a sus espaldas y un presente trascendente. Economía, gobierno municipal,
gobierno militar y cultura hispana podrían ser los cuatro capítulos que
atienden estos edificios: Banco de España, Ayuntamiento de Madrid, Cuartel
General del Ejército y Casa de América.
La Plaza de Cibeles desde la torre del Palacio de Cibeles |
Pero primero vayamos
con nuestro árbol.
Como ya se ha dicho
anteriormente, la primera duda es si colocarle en el grupo de los árboles o el
de los arbustos. Efectivamente, el laurel, laurus
nobilis, tiene más apariencia de arbusto, pero algunos ejemplares en
algunos lugares, pueden llegar a adquirir las dimensiones y aspecto de un árbol
con todas las de la ley. Dejémoslo a gusto del observador.
En cambio nadie duda
sobre su alcurnia y los altos designios que ha desempañado a lo largo de la
historia. Ya su nombre específico, nobilis,
hace referencia a este aspecto y a nadie se le escapa que era con ramas laurel
con lo que se reconocía en la antigüedad los méritos de los militares,
deportistas y otras celebridades y como se extendió esta costumbre hasta
tiempos moderno. Napoleón, por ejemplo, admirador ferviente de los césares
romanos y de sus simbolismos, gustaba aparecer en sus ceremonias coronado con
las ramas de laurel y así quedó plasmado en multitud de retratos.. Sin olvidar
su incorporación a nuestro lenguaje en forma de frases hechas: cosechar laureles, cargado de laureles,
dormirse en los laureles, cum laude,
etc. En la Edad media se
llamaba baccaleauriatis al estudiante que adquiría los conocimientos
impartidos en las primitivas universidades, en referencia a la corona de laurel
con la que se reconocía su capacitación y en esta denominación está el origen
del nombre del actual bachillerato.
El laurel y el Palacio de Cibeles |
El laurel de Cibeles
forma un pequeño bosquete con multitud de tallos que se entremezclan dando la
apariencia de un único ejemplar, percepción a la que contribuye la forma
artificial de su copa. Solitario, asilado de otras plantas, aporta el toque
natural a este lugar cargado de historia y eje económico y social de la ciudad.
El laurel es, en
general, un árbol de poca altura, raramente sobrepasa los 10 metros, con una
copa densa e irregular, aunque en la mayoría de los ejemplares urbanos esto
último depende de la poda a la que estén sometidos, dada su función ornamental.
Las hojas duras y correosas, acompañan durante todo el tiempo al árbol y son de
color verde, oscuro por el haz y más pálido por el envés. Cuando se estrujan,
desprenden un aroma intenso y característico y con ellas se aderezan infinidad
de guisos en la conocida cocina mediterránea, ya que aportan un aroma y un
sabor inconfundible y facilitan la digestión.
Aunque actualmente es
fácil disponer de ellas, en cualquier frutería nos las proporcionarán
encantados, aunque sólo en algunas gratuitamente, recuerdo que antes, en nuestros pueblos de
origen, era aun más sencillo: bastaba con salir de casa, dirigirnos al arbusto más cercano y servirnos. También se ha dado
a la hoja de laurel un uso medicinal como tónico estomacal que estimula el
apetito y ayuda a eliminar los gases y como purgante intestinal al contribuir a
la expulsión de la bilis. Desde el punto
de vista religioso, son muchos lugares de España en los que las ramas de laurel
se llevan a la iglesia el domingo de Ramos, para ser bendecidas posteriormente
guardadas posteriormente en la casa durante los meses siguientes para ir
utilizando sus hojas en la cocina.
Laurel de Cibeles en plena floración |
Hay laureles macho y
hembra difíciles de diferenciar por el profano ya que los dos presentan la floración
de finales de febrero a mayo y son flores muy parecidas. El fruto, con forma ovoide, como una pequeña
aceituna, primero negra y luego violeta, aparece en septiembre u octubre.
Antiguamente de ellos se obtenía un aceite denominado manteca de laurel que se usaba para aliviar las inflamaciones de
los huesos y las articulaciones.
Dada su gran extensión
es difícil conocer su área de procedencia aunque todo apunta a la zona
mediterránea, donde ha sido cultivado desde la antigüedad. Cuando puede elegir
le gustan los lugares sombríos y húmedos, a orillas de arroyos y ríos y
prefiere los climas suaves, sin sequía acusada y con pocas heladas.
Húmedo está, bajo el laurel, el banco
de verdinosa piedra;
lavó la lluvia, sobre el muro blanco,
las empolvadas hojas de la hiedra.
Antonio Machado
En la Península
Ibérica podemos ver laureles en cualquier provincia, aunque sus mejores
ejemplares se encuentran en la zona
atlántica y cantábrica. En estos lugares es frecuente encontrarle formando
setos al borde de los caminos o en los límites entre fincas o prados.
Ello no evita que
aparezca en la tradición popular de todas las zonas, incluidas las más sureñas.
A modo de ejemplo, podemos reflejar la siguiente copla andaluza:
Entre los árboles todos
se señorea el laurel,
y entre flores el clavel.
Eres delgada de talle,
como junco de ribera:
de las niñas de tu calle
tú te llevas la bandera.
Tienes una cinturita
que parece contrabando:
yo, como contrabandista,
por ella vengo penando.
Morenita agraciada,
quítate el manto;
no por ser agraciada
te tapes tanto.
Laureles del Parterre del Retiro |
Laureles del Paseo de Coches del Retiro |
Empecemos entonces por
esté edificio.
El actual Palacio de
Cibeles, último de los edificios que se inauguró en la plaza, fue Palacio de
Comunicaciones o de Correos hasta el año 2007, en que empezó a albergar
dependencias municipales y empezó a denominarse oficialmente Palacio de Cibeles
en el año 2011.
Su función hasta ese
momento era la de albergar los servicios
generales de telegrafía, telefonía y, especialmente, sobre todo en los últimos
años, de correos. La primera piedra se puso en el año 1907 en unos terrenos
pertenecientes a los Jardines del Buen Retiro, generando cierta polémica por
privar a Madrid de un espacio de recreo. Los arquitectos fueron Antonio
Palacios y Joaquín Otamendi que con este proyecto iniciaron una brillante
carrera profesional, y los motivos ornamentales fueron responsabilidad del
escultor Ángel García Díaz.
Palacio de Cibeles |
El Palacio de
Comunicaciones fue construido para sustituir la antigua Real Casa de Correos
que se encontraba en la Puerta del Sol, construida en la segunda mitad del
siglo XVIII y actualmente sede del gobierno de la Comunidad de Madrid (anteriormente
Ministerio de la Gobernación). Esta edificación situada en el centro de la
ciudad, no estaba preparada para asumir el reto que el avance de las
comunicaciones requería e hizo necesario un nuevo espacio, más accesible y
moderno.
El cambio en las
comunicaciones, desaparición del telégrafo, disminución del correo postal,
aparición de la comunicación a través de internet, etc., fue haciendo perder
importancia a las funciones primitivas del Palacio y fue adquirido por el
Ayuntamiento de Madrid para ubicar en él dependencias municipales y convertirlo
en su sede oficial y en un importante centro cultural.
Y del edificio más
reciente, al más antiguo, Se trata del Palacio de Buenavista, cuyo origen se
remonta a 1767, cuando Fernando de Silva y Álvarez de Toledo (1714-1776), XII
Duque de Alba y Tormes, compra a la Familia Real la finca conocida como Altillo de Buenavista. Aunque sería su
heredera, María del Pilar Teresa Cayetana de Silva Álvarez de Toledo
(1762-1802), XIII duquesa de Alba quien en 1777 encargó la construcción del
palacio a Pedro de Arnal, y en él vivió habitualmente junto a su marido José
Álvarez de Toledo y Gonzaga, jefe de la Casa de Medina Sidonia.
Palacio de Buenavista |
Tras los revueltos
tiempos de la Guerra de la Independencia y posterior restauración borbónica a
cargo de Fernando VII, el palacio pasó al Ejército, en 1847, convirtiéndose en
Ministerio de Guerra. Actualmente es la sede del Cuartel General del Ejército.
Gran cantidad de
acontecimientos históricos se fraguaron en sus estancias. No olvidemos que en él
habitaron, entre otros, Espartero, Prim, Primo de Rivera o Manuel Azaña. En él
murió el General Prim, en extrañas circunstancias y tras el atentado que sufrió
en la cercana calle del Turco (hoy Marqués de Cubas, junto al actual Banco de
España). En su fachada norte, todavía están
presentes los impactos de proyectiles lanzados sobre el Ministerio de la Guerra
de Azaña durante la Sanjurjada del 10
de agosto de 1932. Más recientemente, durante el 23-F, el entonces jefe de
Estado Mayor del Ejército, general José Gabeiras, se reunió aquí con sus mandos
militares para planificar el contragolpe.
Sus paredes están
adornadas con verdaderas joyas de arte español, y su jardín, iniciativa del
propio Prim, contiene gran variedad de árboles entre los que se encuentran ejemplares centenarios, alguno catalogado como Árbol
Singular por la Comunidad de Madrid.
Siguiendo el sentido
de las agujas del reloj, entre el palacio de Buenavista y el de Cibeles se encuentra el Palacio de
Linares.
Este palacio, fue
construido por José de Murga y Reolid y Raimunda de Osorio y Ortega, Marqueses
de Linares, en los terrenos que compraron al Ayuntamiento de Madrid en 1872,
donde se encontraba el antiguo Pósito Real de Madrid y los Molinos de Plata.
De su construcción se
encargó el arquitecto Carlos Colubi siguiendo los diseños del arquitecto
francés Adolf Ombrecht. Los Marqueses se mudaron al edificio en 1884, aunque la
construcción finalizó completamente en 1890.
Palacio de Linares |
Desde 1992 y como
conmemoración del Quinto Centenario de la llegada a América de Colón y de la
capitalidad europea de Madrid, se reabrió el palacio convertido en la Casa de
América consorcio formado por
multinacionales e instituciones españolas y americanas que tienen como objetivo estrechar los lazos entre España y el
continente americano, especialmente con Latinoamérica.
En cuanto a la leyenda
sobre los fantasmas que tan popular ha hecho el palacio, dejo su relato para
otro momento, sabiendo que quien esté interesado puede acceder a ella a través
de otros medios.
Y terminamos la ronda
con el Banco de España. Situado en la esquina Alcalá/Paseo de Recoletos, frente
al Palacio de Cibeles (entre estos dos edificios se encuentra nuestro noble
laurel, y no se me ocurre lugar más digno).
El Banco de España
tiene su origen en el Banco de San Carlos, creado en 1782 por Carlos III como una
institución privada bajo la protección del rey. Algo después se transformó en
el Banco de San Fernando (1825) y posteriormente se fusionaría con el Banco de
Isabel II (1847), pasando a denominarse Banco Español de San Fernando . Más
tarde, en 1856, pasó a denominarse definitivamente Banco de España. En este
momento, aun seguía siendo una entidad de naturaleza privada hasta que en un
Decreto Ley de 7 de junio de 1962 el
Gobierno lo nacionalizó.
Edificio del Banco de España |
Posteriormente se
realizarán diferentes reformas y ampliaciones, entre las que destaca la de 1927
con la ampliación por la calle de Alcalá tras comprar las Casas-Palacio del
conde de Santamarca y la última, que completaba definitivamente el edificio en
una manzana cerrada, y que, aunque se planificó en la década de los 70 y para
ello se compró el edificio contiguo, no pudo iniciarse hasta el año 2003 siguiendo
un proyecto de Rafael Moneo.
Volvemos al laurel y
aclararemos su origen según la tradición griega. Como siempre, se trata de una
más de las múltiples rencillas entre los dioses del Olimpo, cuyas consecuencias
pagan habitualmente los sufridos mortales o las deidades inferiores.
El dios Apolo
menospreció las habilidades de Eros como arquero y esté le disparó una flecha con
punta de oro que desató en el dios un gran amor por Dafne. Al mismo tiempo,
Eros disparó a la ninfa Dafne una flecha con la punta de plomo que provocó en
ella el rechazo incondicional hacia Apolo. Desde ese momento, Apolo perseguirá
sin tregua a la ninfa por bosques y montañas hasta que cuando está a punto de alcanzarla Dafne
pide ayuda a su padre el dios-río Peneo para que la oculte y preservar así su
virtud. Peneo la convirtió entonces en laurel
(Dafne en griego es laurel) y cuando Apolo por fin alcanza a su amada, se
encuentra con el árbol, al que se abraza y promete convertir en su símbolo y
emblema. Coge algunas de sus ramas y se fabrica una corona que coloca su cabeza
uniendo desde entonces de forma permanente su figura a la de dicho árbol.
Apolo y Dafne de Bernini en la Galería Borghese de Roma. Fuente, Wikipedia |
Apolo y Dafne de por Antonio Pollaiuolo. National Gallery de Londres. Fuente, Wikipedia |
A Dafne ya los brazos
le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos
que el oro escurecían.
De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡Oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca día
la causa y la razón porque lloraba!
Garcilaso de la Vega
Publicado en junio de 2014