OLIVO DE LA CALLE HUERTAS (olea europaea)
El olivo es uno de los
árboles más característicos del área mediterránea. Originario de la zona oriental
de dicho mar y del Asia Menor, fue difundido por fenicios, griegos, romanos y
árabes y su cultivo es uno de los más antiguos de la cuenca mediterránea .
Tradicionalmente el árbol simboliza la sabiduría, la paz, la victoria y la
castidad.
Olivar de la Partija, en Rivas Vaciamadrid |
Más recientemente se
ha asumido la figura de la paloma con una rama de olivo como símbolo de la paz
y se ha incluido en la bandera de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
en la que dos ramas de olivo acogen al mundo.
Se trata de un árbol
no muy alto, de crecimiento muy lento y larga vida. Se afirma que los olivos
de Getsemaní, en Jerusalem (Monte de los
Olivos), tienen más de dos mil años. Su tronco es grueso y retorcido, con la
corteza agrietada en ejemplares adultos y de color pardo grisácea. En los
ejemplares mayores, el tronco se convierte en un auténtico cuadro abstracto
donde podemos buscar formas y figuras en sus retorcidos nudos. A veces se
divide desde el suelo dando origen a troncos separados. Su madera, dura y de
fácil pulimento, ha sido utilizada en ebanistería y tornería y produce un
excelente carbón.
Tronco de olivo. |
Se acomoda a casi
cualquier tipo de suelo y resiste muy bien la sequía, de hecho, el exceso de
agua le perjudica, aunque no tanto como las heladas, por lo que no suele darse
en lugares de cierta altitud, donde la temperatura descienda por debajo de los
10 grados centígrados.
Olivo del Retiro, junto al polideportivo de la Chopera |
En Madrid lo
encontramos frecuentemente en parques y jardines así como en calles y plazas.
De forma natural, quedan en la ciudad algunos olivares testimoniales como el
Olivar de la Hinojosa (en el Parque Juan Carlos I) o el Olivar de Chamartín de
cuyos ejemplares se afirma, y con bastante fundamento, que ya existían en tiempos de la invasión
napoleónica.
Olivar de la Hinojosa, en el Parque de Juan Carlos I |
El olivo de la calle Huertas se encuentra en el cruce entre Huertas y San
Sebastián, en el antiguo cementerio de la iglesia de San Sebastián, hoy
convertido en floristería y jardinería. Este cementerio era conocido como “el
de los artistas” por el tipo de personalidades allí sepultadas (entre otros, en
algún lugar de la iglesia o del cementerio se encuentran los restos del propio
Lope de Vega).
Olivo del cementerio de los artistas e iglesia de San Sebastián |
Lo cierto de la historia
es que ambos personajes, escritor y actriz, mantuvieron relaciones entre 1770 y
1771 que fueron interrumpidos por la
muerte de la actriz el 22 de abril de 1771 (a los 25 años). Es igualmente
cierto que José Cadalso la reflejó en su obra Noches lúgubres, donde cuenta
en tres noches (la última sin acabar),
como Tediato intenta exhumar el cadáver de su amada, profanando el
templo, para llevárselo a su domicilio y suicidarse posteriormente incendiando
la casa. Para ello compra la colaboración del sepulturero, Lorenzo, quien
accede por necesidad. Diferentes percances le impiden lograr su propósito en la
primera y segunda noches, y la tercera, inconclusa, nos deja con la intriga
La iglesia de San
Sebastián se construyó entre 1554 y 1575 para acoger los feligreses de la
antigua ermita de San Sebastián, que se encontraba en el camino hacia el
Santuario de Nuestra Señora de Atocha. Destruida durante la Guerra Civil por
una bomba de la aviación, fue restaurada entre 1943 y 1959. En 1959 fue
declarada Bien de Interés Cultural. Esta iglesia, junto con la de San Luis
(desaparecida), conservaban el derecho de asilo, es decir, se podían refugiar
en ellas quienes temían la persecución de la justicia. Al encontrase en el
centro de la ciudad, la relación de personajes que aparecen en sus libros de
bautismo, defunción o matrimonio es impresionante.
Enfrente del antiguo
cementerio está el palacio del Conde de Tepa, hoy convertido en un moderno
hotel. En sus bajos tenía lugar la
tertulia de la Fonda de San Sebastián, la primera de las tertulias modernas.
Fue fundada en 1771 y a ella acudían los mejores escritores del momento para
comentar las actualidades literarias nacionales e internacionales. Su fundador
fue Nicolás Fernández de Moratín y en ella participaron el propio José Cadalso,
Tomás de Iriarte, Samaniego y Jovellanos entre otros muchos.
El olivo se encuentra
bien conservado y es el centro de atención de paseantes y visitantes de la
tienda.
Publicado en el mes de diciembre de 2012
El olivo parece bastante grande, ¿sabes su edad?
ResponderEliminarNo. Se puede hacer alguna estimación, pero con exactitud la ignoro. La tienda (que en los últimos meses ha cerrado; ahora parece ser que se abre otra) llevaba abierta desde 1889.El olivo tiene pinta de rondar los 2 siglos pero nunca se sabe.
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